lunes, 6 de junio de 2011

Nervios: demasiada gente. Vergüenza: entre tantas personas, él. Dolor: demasiado rato llevando esos tacones. Adrenalina: solo quedan 10 minutos, 10 minutos para salir al escenario, para darlo todo bailando, para entregarte al público y, solo al final, oír esos aplausos y saber que unas pocas de esas palmadas salen de sus manos. Feliz, orgullosa, satisfecha. Cruce de miradas, sientes ese brillo en la tuya, ese brillo de niñita enamorada, ese que solo aparece con él cerca. Saludas. Vuelves a tu camerino. Esperas impaciente el final del festival para poder salir y echarte desesperadamente a sus brazos, sabes que es lo único que deseas ahora mismo. 
¿Que porque lloro? Porque siento que cualquier día de estos me dejas y tengo miedo de lo que me pueda pasar después, sin ti… ¿y es que qué razones puedes tener para no dejarme? Ninguna… Si es que soy torpe, dejada, depresiva, acomplejada, paranoica, desordenada, caprichosa… ¿Por qué ibas a quererme? Por nada…  Y es que no puedo evitar llorar al decir eso, porque sé que esta vez sí que tengo razón aunque desearía sobre todas las cosas no tenerla.Y ahora, me siento como una niña tonta por haber estado llorando en tus brazos, pero es que necesitaba desahogarme otra vez mas. Te quiero demasiado como para volver perderte.